Me encantan las historias de los apestados, los deformes, los denigrados por la sociedad hasta tener que esconderse, que refugiarse, que encontrar un camino distinto, un camino diferente y difícil hacia sí mismos, ultraismos creados por necesidad.
Las otras historias no tienen caso, ni valor, ni valentía, ni nobleza.
Somos los leprosos que logramos salir hacia la luz los dueños de este mundo.
Las otras historias no tienen caso, ni valor, ni valentía, ni nobleza.
Somos los leprosos que logramos salir hacia la luz los dueños de este mundo.
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