lunes, 17 de junio de 2013

Siento que hay muchas cosas que no puedo recordar.

Siempre te imagino igual,
convirtiéndote en planta, poco a poco,
cada parte de tí,
qué bonita flor,
qué imponente árbol,
qué maleza tan tramposa.

Tal vez nos hiciste una trampa a todos.
Te escondiste
Ahí estás en un bar de jazz en Nueva York, tomándote un whisky,
en la punta del Himalaya
en un rincón en la India
viendo a las bailarinas en Líbano mover el vientre
disfrutando una copa en Palermo
regresando a cazar a África
buscando leones
como tú.

Cada año, pienso un instante en el último día en que te ví.
Cada año recito en mi mente los siguientes versos:

Cuando muera
tal vez no haya muerto
Cuando muera
cierra mis ojos
tapa mis labios
escóndeme de los ciegos
Olvida el silencio
trae los tambores
las trompetas
los trombones
Cuando muera
déjame en las nubes
en el cerro más alto
Carla,
espera que llueva
que se abra la Tierra
Si
entre sueños aparecen ...
las risas
los llantos
las caricias de ambos
tal vez no esté muerto
tal vez
nuestro amor es eterno.

Te amo mucho Papá. 



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