jueves, 2 de abril de 2009

Beau Vampiro


El hombre más bello del mundo mira la misma estrella que yo miro ésta noche, sintió frío y volteó hacia arriba. Salió hace ya un tiempo para probar otras gargantas, las de la ciudad ya están muy succionadas pensó. 
Su mirada siempre fija y escondida tras su peinado matinal, decide no cortarlo, ahora probará cómo es ser un vagabundo. 
Cuando lo encuentre caminando la próxima semana, será como cuando lo vi por primera vez. Tocaré su hombro para preguntarle si tiene algo de marihuana y él contestará que sí. 

El hombre más bello del mundo es acuático, no le teme al sol, pero bucea todas las noches entre las alas de la mantaraya. Se acerca al kelb y mira curioso los animales que ahí crecen. 
Su mirada siempre fija y escondida tras unos lentes para el agua, decide conservarlos, ahora probará traerlos en la calle, por que también es actor y le gusta ver reacciones. 
Cuando lo encuentre a la orilla del mar, saliendo entre las olas, me traerá un pescado que no sirve más. 

El hombre más bello del mundo duerme en otro lado hoy, mañana despierta y se limpia los restos del sudor que lo acompaña, se mira al espejo y logra vislumbrar como su vela se apaga, cocina sobre una cuchara y trata de encontrar una vena nueva que picar. 
Cuando mire su cadáver sin pudrir en el paseo, me dirá con voz de hielo : 

Tus pasos no se mueren sobre tu caminar perdido, los pierdes mientras te mueres ahorcada en ésta ciudad, te malgastas con los hombres y el vino, te acabas entre el mismo humo a diario, te vacias con los dulces placeres del que te da el hambre y la sed y te vas pudriendo como yo, entre todos los que estamos muertos ya. 

Dijo Baudelaire, que la espada y el veneno no me salvan, así es, pues con mi beso perdido, resucitaré los restos de mi vampiro. 

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