martes, 5 de junio de 2012

Breve apunte sobre el deseo.


Como parte de mi formación en la H F Ciencias, tomé un curso de Física para biólogos. Mi profesor, David; era un tipo medio chiflado que disfrutaba mucho del vino y los deportes extremos. Debido a sus ocupados días como científico, en muy pocas ocasiones le vimos pasar por el auditorio del instituto de física para impartir cátedra; razón por la cual casi todas las clases nos las daba el ayudante: Damián.

Damián era un físico muy bien parecido que se la pasaba fanfarroneando sobre si mismo.

Nos dejó cuando se fue a Estados Unidos a algo ... creo que se casó después.
Fue entonces cuando la clase se puso más interesante ...



Pedaleando llegamos a un lugar de mariscos.
Nos sentamos a comer.

Para el momento en el que llegó el aguachile ... traz! apareció ayudantedefísica!! 

Lo que más recuerdo de ese curso era el discurso sobre el deseo. 
Decía mi maestro:

"más jalan un par de tetas que de carretas"

El deseo mueve el mundo, y cuando digo deseo, no solo me refiero al deseo sexual, sino al deseo por alcanzar la Luna, el Sol y las estrellas, al que sientes cuando ves el último pedacito de queso en el platón de canapé, al que sientes cuando alguien grita; sí la alcanzas!! y piensas pfff! en tus sueños me alcanzas y cruzas la meta y llegas y logras y vas y mueves y cambias y deformas y transformas y todo es por el deseo. 
El deseo es tan poderoso que no forma parte de nuestro libre albedrío. El deseo es puro, el deseo es profundo, real y no te deja engañarte nunca de los nuncas. 

El deporte tiene su porcentaje de deseo, el desempeño en la carrera profesional de uno, tiene un porcentaje de deseo y también existe ese pequeño porcentaje de deseo, más oscuro y por lo tanto más humano; de darle la vuelta a las cosas. Sin embargo, si todas estas cosas tienen un porcentaje de deseo que va del 30 al 35% en gente apática y alcanza hasta un 56% en la gente que siempre es feliz; se queda corto cuando lo comparamos con el porcentaje de deseo que existe en el amor. 

El amor es el sentimiento más fuerte de toda la humanidad. ¿por qué? 
PORQUE EL AMOR ES PURO DESEO

Y es entonces que el deseo se vuelve un indicativo claro para conocerse, para saber si uno ama, o no. En mi opinión el deseo es el ingrediente más difícil en el amor. El amor fraterno es fácil, es ternura, el amor a la opinión ajena es fácil, es tolerancia, el amor a sí mismo cuando se ama al otro... pfff! ese es el más fácil. Sin embargo; el deseo verdadero (ese que se siente después de una noche o dos o tres de calentura) nos pide mucho más, pues implica la aceptación del otro como ser merecedor de uno mismo. El deseo implica la sumisión del ego, ya que en estos casos, se desea lo que se tiene, no lo que no se quiere alcanzar... y es que a veces parece que sentir "ese" deseo se vuelve más difícil con el tiempo, porque a medida que crece el ego y el tiempo pasa, el hombre tiende a volverse más mezquino, más egoísta y por lo tanto; desea menos. 

Yo deseo incluso cuando cuento y recuento las marcas de su cara. 
Siento deseo cuando abre la ventana porque hace calor 
Siento deseo cuando mis oidos empiezan a percibir algo ... el sonido de su voz. 

Siento tanto deseo últimamente que creo que me voy a enfermar.

Eso último ... no está tan chido. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta buena ésta entrada Fierita. Saludos! sergio