martes, 17 de julio de 2012

Everyone's invited, but you're here by yourself, right?

... And I say, I'm lying on the couch, and it was one of these days when you've run out of all the distractions available in the living room, like I had finished all the videogames, I had watched all the DVD's, I had masturbated to all of the available pornography, I've smoked all the drugs, there was nothing left... And I had a moment of sane stillness and clarity where I was face to face with myself, and I looked in myself...  And I saw this horrific nightmerrish void of nothingness, it was just this swirling vortex of empty ZERO. There was nothing there, I felt like I had no future, no past, no options, no hope, like there was nothing to believe in ... And at this point my shrink cuts me off and says:
-Tod, Tod, right now I'm feeling a lot of negativity from you...
and I say
-Duhhh! ...



Pereza

Pereza por Jacob Matham
La pereza (en latín, acidia) es el más «metafísico» de los pecados capitales, en cuanto está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia de uno mismo. Es también el que más problemas causa en su denominación. La simple «pereza», más aún el «ocio», no parecen constituir una falta. Hemos preferido, por esto, el concepto de «acidia» o «acedía». Tomado en sentido propio es una «tristeza de ánimo» que aparta al creyente de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran. Bajo el nombre de cosas espirituales y divinas se entiende todo lo que Dios nos prescribe para la consecución de la eterna salud (la salvación), como la práctica de las virtudes cristianas, la observación de los preceptos divinos, de los deberes de cada uno, los ejercicios de piedad y de religión. Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. Tomada en sentido estricto es pecado mortal en cuanto se opone directamente a la caridad que nos debemos a nosotros mismos y al amor que debemos a Dios. De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados; por ejemplo, al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acidia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos. Considerada en orden a los efectos que produce, si la acidia es tal que hace olvidar el bien necesario e indispensable a la salud eterna, descuidar notablemente las obligaciones y deberes o si llega a hacernos desear que no haya otra vida para vivir entregados impunemente a las pasiones, es sin duda pecado mortal.

de Wiki

Pero ... "Acidia" en latín, va mucho más allá que sloth, o pereza, es la pereza de encontrar la belleza en la creación. En Dios, pues, pero no Dios cristiano, solo Dios. 

No hay comentarios: