jueves, 9 de mayo de 2013

Atraigo a los locos


Un loco se enamoró de mí, llora en las noches mientras me recuerda en sus brazos, mientras velan en la oscura pesadumbre de un cuarto a un pequeño niño muerto de gripe.
Sé que me odiaras, que tu esperanza desfallece en la posesión inmunda de la envidia, una envidia que pernocta en la oscura noche. En la viva luz del sombrío cadáver que descansa en un corazón despedazado por tu inevitable destino.
Me asustas, me vuelves temerosa, me dan ganas de vomitar cuando te veo, y en cada vomito apareces una y otra vez.
Eres una enfermedad agonizante que se resiste a morir, un esquizofrénico de deseos descomunales, de caprichos, de prejuicios.

Estás loco, no sabes qué es el equilibrio ni la paz con tu espíritu malingo, te dices especial porque tu padre y tu abuelo te lo han dicho desde el primer día que te mecieron en una cuna de palma que tu llamas plata. 
Tu alma se vierte en un cáliz pagano, reflejo de tus ojos, peste que se eleva por los cielos. Y quiero decirte que eres un pobre pendejo, una basura que recorre el mundo por inercia, que no guarda la mínima conciencia para analizar , tus gestos forzados, reflejo de una libertad mal llevada… producto de una estirpe de putas y buitres.
 Eres la clase media preocupada por uniformar el lenguaje, por las apariencias de la carne desfallecida; telarañas irrompibles van tejiendo tus ojos, tu corazón. 

Tus amiguitos juegan como si fueran otra raza, como si fueran originales, pero son un producto de tendencias impuestas, un excremento del mismo colegio, el humo de las mismas drogas. ¿Recuerdas que jugaban a quitarse el himen?

Nunca has sentido el amor. Estás podrido, eres un espejo turbio, el choque de dos cráneos arrastrados por las dunas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya por fin algo de pasion

Anónimo dijo...

Carla. Esto está estupendo!